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¿Se puede innovar en Venezuela en este momento?

  • Foto del escritor: VP CONSULTORES
    VP CONSULTORES
  • 6 ene 2021
  • 2 Min. de lectura

Ha habido algún momento favorable para la innovación en el país desde el viernes negro de 1983? Venezuela ha enfrentado varias crisis durante los últimos años y aun así ha habido casos muy exitosos de empresas que han crecido y prosperado (Penfold y Vainrub, 2008).


El Grupo Sambil transformó el negocio de los centros comerciales al incorporar innovaciones para mejorar la prestación de servicios a los consumidores, con mayor variedad de comercios, horario extendido, seguridad y fácil acceso.

Farmatodo transformó el negocio de las farmacias al incorporar los conceptos de autoservicio y tienda de conveniencia, así como mejorar la amplitud y el diseño de sus locales, entre otras mejoras.



Empresas Polar, en asociación con el Grupo Leche Pascual de España, inauguró una planta para la producción de MiGurt, con una inversión de 629 millones de bolívares (146,3 millones de dólares). Mediante la introducción de yogures de larga duración ha logrado un cincuenta por ciento de la cuota de mercado en vaso y un 28 por ciento en botella, en menos de un año, según declaraciones de los directivos del socio español (América Economía, 2013).

Otras empresas tomaron tempranamente el rumbo de la exportación. Chocolates El Rey y Ron Santa Teresa impulsaron la «Denominación de origen controlada» en Venezuela, para diferenciar sus productos en los mercados internacionales con base en la calidad, el prestigio y la tradición del cacao y el ron venezolanos.


Dadas las actuales condiciones cambiarías no hay que ser un genio en los negocios para anticipar que la devaluación de la moneda venezolana brindará ventajas competitivas a los fabricantes locales. Unos cubrirán los espacios dejados por los productos importados, que se encarecerán enormemente, y otros, con mayor capacidad de producción, podrán exportar sus excedentes al aprovechar el abaratamiento relativo de los bienes producidos en Venezuela para el exterior.


El momento ideal para la innovación no existe. Durante los «años dorados» la competencia es feroz. Cuando se viven «años de sombra», la incertidumbre y el deterioro del entorno de negocios paralizan a la gerencia. Pero, en un mundo cada vez más cambiante y con mayores retos para las empresas, el mejor momento para la innovación es «siempre».

La innovación no ha sido una actividad exclusiva de las grandes empresas. De acuerdo con una encuesta realizada recientemente por el IESA, entre 63 empresas venezolanas, un 78 por ciento considera que la innovación desempeña un papel importante en la formulación de su estrategia (Auletta y Ojeda, 2013). Para un 65 por ciento de los encuestados, la alta dirección estimula a los empleados a innovar y un 83 por ciento busca el liderazgo de su sector mediante la diferenciación de sus productos o servicios.


Los resultados de este estudio pudieran parecer contraintuitivos a primera vista. Pero, más allá de las consideraciones técnicas acerca de qué considera innovación cada una de las empresas encuestadas, lo significativo es la percepción positiva de este tema, aun en años difíciles para el mercado venezolano.


Actualmente grandes empresas nacionales han incurrido en sus mensajes corporativos la palabra innovación, para motivar de forma positiva a la mente del venezolano y poder decir que la única salida y recuperación que tiene el país es hacer todos los días cosas nuevas,

 
 
 

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